Las vacaciones de verano son un momento perfecto para conseguir un bronceado natural pero, ¿cómo broncearse? El bronceado perfecto debe ser discreto pero dejando algo de color en la piel para permitir esa sensación de piel bonita. Para ello no debemos abusar de la exposición al sol y, lo más importante, usar siempre un protector solar.
Hay maneras infinitas de broncearse: broncearse un poco, broncearse lo necesario o pasarse de bronceado. El objetivo está en conseguir el equilibrio y alcanzar el mejor bronceado. Así, a la vuelta a casa luciremos durante varias semanas ese color especial en la piel.
En muchas ocasiones seguro que hemos escuchado que broncearse no es algo saludable. Lo es, pero con precaución, con protección y a determinadas horas.
No hay que olvidar que el protector solar tiene que estar siempre con nosotros en los días donde la incidencia del sol en mayor. Así, nos protegerá de los fatídicos daños de los rayos UV. El daño que podemos sufrir al broncearnos es haciéndolo de manera excesiva y sin procurar que hay un escudo que nos proteja de los múltiples daños de la exposición directa al sol.
Hay infinidad de consejos para saber cómo broncearse. El principal que no debes olvidar nunca es preparar bien la piel. Lo ideal es que la piel este hidratada y el organismo también. Las personas no deberían exponer la piel sino han tenido sumo cuidado de exfoliarla e hidratarla previamente, pues una piel vulnerable expuesta al sol solo puede mostrar lesiones irreversibles.
Por ello, no dudes en beber mucha agua durante todas las vacaciones. Así tu cuerpo se hidratará por dentro. Para hidratarla por fuera, aplica después de ducharte cada día lociones o cremas hidratantes de fácil absorción, ¡el moreno durará mucho más tiempo!
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